Cualquier día es bueno para perderse por estos inmensos jardines.
Inmensidad, esa fue mi impresión la primera vez que entré en Versalles. El conjunto de jardines y parque ocupa unas 100 hectáreas de terreno, así que se hace imprescindible un calzado cómodo y el tiempo suficiente para no perdernos… o sí.
Porque hermosos rincones para perderse, los hay. El encargado de realizar este proyecto fue el botánico, paisajista y arquitecto André Le Nôtre, persona de confianza del rey Luis XIV. Se tuvo que enfrentar a un proyecto difícil, ya que el terreno era pantanoso y desnivelado.
Pero el resultado ya lo conocemos. Si lo que quería el Rey Sol era un espacio de tranquilidad y paz, que diera cuenta de su poder, para deleite de él y los suyos, lo consiguió. Aunque hoy día cueste encontrar esa tranquilidad.
Instaurador del modelo del jardín francés, este paisaje versallesco se sigue imitando en muchos rincones del planeta. Pero reproducir tanta majestuosidad es difícil… El jardín francés se caracteríza por el poco espacio que se deja a la improvisación. Se puede decir que es el jardín más artificial y racionalizado, caracterizado por la simetría, por la imposición de formas con vistosas perspectivas, por la creación de amplios espacios divididos a través de la colocación estratégica de setos, árboles, estatuas o fuentes.
Para poder orientarnos mejor en nuestro paseo, desde este enlace accedemos a los planos de los jardines y del parque para programar nuestro recorrido buscando los puntos más interesantes.
El jardín parte de un eje central formado por la línea que baja del Palacio al Gran Canal (la “Gran Perspectiva”). En el Gran Canal, con forma de cruz, solían navegar grandes embarcaciones, incluyendo góndolas venecianas para pasear a la realeza. Hoy día es posible alquilar lanchas de remos para navegar en el lago, al menos en temporada alta.
A partir de este eje central los laterales son la parte que más me gusta, con sus laberintos, los pequeños bosques, sus fuentes… Hablamos de los bosquetes o recintos secretos, poco visibles desde el eje central, donde los reyes organizaban grandes fiestas, representaciones teatrales y seguro que sirvieron para encuentros amorosos furtivos…
Si tuviera que elegir alguno de estos espacios, serían el Bosquete de la Colonnade, la Salle de Ball, el Bassin de mirroir o el Bosquete de l’Encenade. Vale la pensa tomarse el tiempo suficiente para descubrir cada uno de estos lugares.
A la derecha de este eje (de espaldas al palacio) se extiende lo que se conoce como el Dominio de María Antonieta, un terreno con más bosque y también con edificaciones interesantes, el Gran y el Pequeño Trianón. Estos espacios no pude recorrerlos en mi última visita a Versalles debido a unos nubarrones amenazantes y a un suelo bastante embarrado. Se necesita un buen tiempo para caminar hasta llegar a estos lugares.
Pero en una ocasión anterior sí pude estar en el Dominio de María Antonieta. El Gran Trianón o “Trianón de mármol” es a mi gusto el más bonito, con sus jardines floridos y el edificio de mármol rosa y piedra dorada. Fue mandado construir también por Luis XIV, para escaparse un poco del protocolo de palacio. Un rincón que no hay que dejar escapar.
El Petit Trianon es un conjunto donde Luis XV hizo construir, en principio, un zoológico, un jardín, una escuela botánica, y un invernadero. Luis XVI regaló el Pequeño Trianón finalizado a su esposa María Antonieta. La aldea de la Reina, junto a un lago, alberga varias casitas de adobe.
Hemos hablado de la necesidad de tiempo y caminatas para recorrer toda la extensión de jardines y parque, pero también existe la posibilidad de alquilar un cochecito eléctrico para recorrerlos. Más económicos resultan los pequeños trenecillos que también recorren Versalles. Los jardines cuentan con varios bares, restaurantes y aseos, de los que se da cuenta en esta página.
Recordad que para entrar a los jardines se paga entrada los días que hay eventos como las Grandes Aguas Musicales (fines de semana de temporada alta). Igualmente, para Dominio de María Antonieta hay que pagar entrada. Desde aquí se pueden consultar las distintas tarifas. Hay partes del lugar que son de acceso libre, el Gran Canal y el Parque, o la zona del Estanque de Neptuno, por donde los habitantes de Versalles y también muchos turistas se dejan caer cada día.
El conjunto del palacio y parque de Versalles, incluyendo el Gran Trianón y el Pequeño Trianón, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1979
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Fuente: eldiariodelviajero