El cielo más despejado del mundo


Si deseamos observar las estrellas como si las tuviéramos al alcance de la mano casi cada noche del año, nuestro sitio está en la cima del volcán Mauna Kea, a 4200 metros de altura, en las Islas Hawái. Es un lugar muy codiciado para las observaciones astronómicas por profesionales, aficionados y románticos que desean sentirse ceca del cielo.

La limpidez del cielo y la casi total ausencia de vapor acuoso, permiten más de 300 noches despejadas al año. El volcán, inactivo desde hace miles de años, es sede de importantes observatorios astronómicos.

Hay un centro de visitantes que cada día ofrece programas gratuitos de observación. Eso sí, no olvidemos los abrigos, porque suele hacer mucho frío: el nombre “Mauna kea” significa “montaña blanca” en hawaiano, ya que durante el invierno su cima se cubre de nieve.


En cifras, tenemos que los observatorios se encuentran sobre el 40% de la atmósfera, el 90% del vapor de agua (nubes) y la capa de inversión térmica. Además, es un lugar bastante accesible, ya que su geología posibilita que existan carreteras hasta la cima.

Otra curiosidad es que, aunque sobre la superficie la montaña se eleve 4000 metros, la mayor parte de su estructura está debajo del agua, con unos 6000 m adicionales, por lo que se convierte en la montaña más alta del mundo medida desde su base.

Un estupendo lugar para contemplar puestas de sol y noches inolvidables, imposibles desde cualquier ciudad.
fuente: eldiariodelviajero