El gadget de viaje por excelencia es la cámara de fotos, y uno de los complementos más necesarios, un trípode. Desde luego no podemos cargar con aparatosos instrumentos cuando vamos de viaje, por eso existen trípodes muy transportables como GorillaPod con agarres flexibles que se adaptan a cualquier superficie.
Nuestros compañeros de Compradicción nos presentan otra forma muy simple de evitar que nuestras fotos salgan movidas. Es un accesorio adaptador con forma de tapón que se coloca en un botellín de agua para convertirlo en un trípode profesional.
Cuesta 10 euros y puedes llevarlo siempre en el bolsillo para cuando lo necesites. Sólo tienes que pedir un botellín de agua. Mi duda es si vació o lleno, pues al estar vacío no es seguro que tenga estabilidad para soporta el peso de la cámara y lleno, el agua podría dañarla. ¿Alguien que pueda aconsejarnos ha probado este artilugio?
Fuente: eldiariodelviajero