Las mejores playas de Málaga
Al pensar en la zona de la provincia de Málaga, muchas imágenes pueblan nuestro imaginario. En general, asumimos que las playas de Málaga son populosas y “vemos” esas franjas de arena tapizada de sombrillas multicolores y cuerpos apiñados.
Sin embargo, Málaga nos permite encontrar algunos rincones más amplios y menos abigarrados de cuerpos que las tradicionales opciones de Torremolinos o Fuengirola. A mi entender, algunas de las mejores playas de Málaga se encuentran escondidas en el itinerario habitual, al alcance de la mano.
Personalmente, fue una muy agradable sorpresa descubrir hace no tanto tiempo, las calas al este de Málaga. En la foto principal, por ejemplo, vemos la playa de Calahonda en Nerja.
Casi llegando a la provincia de Granada debemos conocer las playas que se ubican dentro del Parque Natural de los Acantilados de Maro y Cerro Gordo. Se trata de un tramo de costa acantilada entre las localidades de Nerja (Málaga) y la Herradura (Granada), a pocos minutos de coche saliendo de Málaga con dirección este hacia Motril.
Los perfiles rocosos dan a las playas un acceso difícil, con empinadas escaleras desde la zona de aparcamiento. Sin embargo, aunque nos agobie pensar que deberemos subirlas al regreso, vale la pena asomarse a estas pequeñas calas entre paredes de piedra. Recomiendo especialmente la playa de Maro (foto) . Muchas de ellas son nudistas (playa Las Alberquinas, por ejemplo), pero con una convivencia perfecta con los “textiles” .
Los acantilados, que suben hasta los 75 metros desde la playa, se continúan bajo el mar en grutas y fondos muy escarpados donde se refugia fauna y flora específica. Un paraíso protegido para bucear. También se pueden hacer pequeños raids en botes y kayacs por las salientes del mar y aventurarse en algunas cuevas excavadas en los frentes de los acantilados.
Muy cerquita de aquí está el Acueducto del Águila, situado sobre el Barranco de la Coladilla o de los Cazadores, en la aldea de Maro (Nerja), y muy cerca de la Ctra. N-340, sin duda uno de los más bellos que se realizaron a lo largo del siglo XIX.
Ahora nos vamos hacia el otro extremo de la provincia de Málaga. A la famosa Marbella.
Desde la ciudad de Málaga, hacia el oeste (o poniente, como le llaman por aquí) tenemos una sucesión de lugares mundialmente famosos: Torremolinos, Benalmádena, Fuengirola, Cala de Mijas…
Un poquito antes de llegar a Marbella, la primer playa de su municipio que nos encontramos es Cabopino (foto). Un lugar poco difundido y casi reservado a los habitantes de la ciudad que buscan escapar de las playas céntricas, y a los turistas menos formales.
Frente a la playa de Cabopino se encuentra uno de los campings más grandes de la zona que incluye una serie de bungalos familiares. Esta opción es ampliamente usada por “guiris” del norte de Europa que llegan con sus caravanas y tiendas de campaña y se plantan a pasar el verano.
A la playa en sí se accede por un camino paralelo al Puerto Deportivo de Cabopino. Este pequeño puerto tiene un centro de comidas muy bien dotado y algunas urbanizaciones de apartamentos turísticos. No mucho más que lo que se ve en la foto.
Sin embargo, el ambiente dista mucho de ser “fashion”. Será porque Cabopino es uno de los únicos points surferos de esta costa o porque la mitad de su extensa franja de arena es naturista, pero lo cierto es que el ambiente aquí es relajado, familiar, distendido y totalmente alejado de las pasarelas y paparazzi de otras playas marbellíes.
Podríamos decir que la playa se divide en dos por el muelle que “cierra” el ambito del puerto. Desde el muelle de piedra hacia el puerto, una amplia playa con instalaciones completas se apoya en una arena fina y dorada. Sombrillas, chiringuito, restaurantes y mucha familia.
Desde le muelle hacia el oeste (en dirección a Marbella), se abre una extensa franja de arena de unos 3 kilómetros de largo. Esta playa es parte del “Monumento Natural Dunas de Artola/Cabopino”: un sistemas de dunas fósiles y móviles que conforman un enclave natural en un entorno profundamente transformado como es la costa marbellí.
Además se encuentra aquí una de las torres árabes que vigilaban tierra y mar, la Torre de los Ladrones, declarada Bien de Interés Cultural.
Este entorno natural, provee un espacio muy alejado de urbanizaciones y edificios, restaurantes y autovías, tan típicos de por aquí. Como se ve claramente en la imagen superior, las dunas y el mar dibujar un paréntesis natural.
La playa de Cabopino se abre desde el muelle que les mencionaba en una sucesión informal, no planeada, de áreas donde las actividades y turistas han ido dándole un perfil propio a cada segmento. Iniciamos el recorrido con la zona “deportiva” donde las tablas de surf toman protagonismo.
Un poco mas adelante, las familias y grupos mas o menos textiles se van mezclando poco a poco con el sector naturista donde la desnudez no es excluyente.
Como dijimos, en la playa junto al Puerto Deportivo hay restaurantes. El siguiente chiringuito lo encontraremos al final de Cabopino, donde terminan las dunas, con un poco de “ambiente” y algo trendy, pero sin exagerar.
La arena de Cabopino es un gran muestrario, amplio y espacioso, de los mil colores de su gente.
fuente: eldiariodelviajero